Se trata de una lámpara lineal suspendida de dos cadenas con la peculiaridad de ser orientable ya que se ubicará en un aviario en una de cuyas paredes se cuelgan las jaulas de cría y en algunos casos habrá que girar la lámpara para que no moleste la luz a los pájaros.
Antes de que proyectar el aislante en la cubierta, se colocaron dos cadenas en una de las vigas donde se situaría la lámpara, además de dejar un macarrón para poder pasar el cable.
Para hacer la lámpara se utilizan tres focos empotrables con bombillas de led, ubicados en un tablón de 2 metros de largo (reutilizado de una de las jambas de un arco de madera). Tras plantear la separación de los focos, uno en cada extremo y un tercero en el centro, se realizan los agujeros con una broca de corona.
El siguiente paso consiste en solucionar el modo de colgarlo en las dos cadenas y que permita el giro del tablón para poder orientarlo. La solución por la que se opta consiste en introducir el tablón en dos aros que lo sujetaran permitiendo el giro y para ello se ha utilizado un par de piezas de maquinaria agrícola rescatadas de la chatarra, una especie de "arandela de gran diámetro" en el que se podía introducir el tablón.
Para que estas no se desplacen hacia un lado u otro, se realizan unos pequeños carriles en la madera y mediante un tornillo se unen al último eslabón de la cadena. Lógicamente, estos carriles tienen que tener la misma separación que la de las dos cadenas del techo y en este caso no se ubican de forma simétrica para así desplazar la lámpara hacia uno de los lados para que la luz quede mejor repartida dentro de la habitación.
Y este es el resultado final.