
El primer paso es replantear las letras de forma que aprovechemos al máximo el tablero, que en este caso tiene unas dimensiones de 1,80 x 2,00 metros.
El siguiente paso es dibujar sobre el tablero las letras con una regla para las partes rectas y con una cuerda, y una púa (que clavaremos en el centro del arco) dibujaremos las partes curvas. No nos importe pisar las veces que sea necesario el tablero ya que aunque queden las huellas marcadas, se solucionará al pintarlo.
Una vez que tenemos todo marcado, procedemos a cortarlo, en este caso usamos la sierra circular para los cortes rectos y la de calar para las curvas, aunque se podría haber cortado todo con la sierra de calar (aunque nos llevaría algo más de tiempo y las partes rectas probablemente no quedarán tan perfectas). Este trabajo se hace sobre el suelo pero no hay que olvidar poner debajo algunos tacos que eleven el tablero evitando que la cuchilla de la sierra roce con el suelo.
Una vez cortadas las piezas pasamos la lijadora por todos los cantos redondeando un poco las esquinas. Habrá zonas en las que no entre bien la lijadora y utilizaremos una lija de mano.
Una vez que tenemos todas las letras lijadas, las soplamos con la pistola de aire para retirar cualquier resto de serrín y procedemos a pintarlas de color blanco en este caso.
Idea y diseño: Miguel A. Rojo
Ejecución: Miguel A. Rojo y José Ramón Correa
Ejecución: Miguel A. Rojo y José Ramón Correa
Textos y foto: Miguel A. Rojo y José Ramón Correa